Cartier-Bresson no es un reloj

corto

Gurú Olympista
Una página que me parece más que recomendable.
El reportaje de la cita es urgente desde el principio de los tiempos

https://cartierbressonnoesunreloj.wordpress.com/2019/06/12/asi-se-hizo-la-foto-con-la-que-donna-ferrato-saco-a-la-luz-publica-el-problema-de-la-violencia-contra-las-mujeres/
 
Gran aporte Corto... como siempre.

El blog me parece muy interesante con muy buenos reportajes, y el articulo que nos relacionas de donna ferrato de urgente actualidad (por desgracia)

Un saludo...!
 
-Malvasía- dijo:
Gran aporte Corto... como siempre.

El blog me parece muy interesante con muy buenos reportajes, y el articulo que nos relacionas de donna ferrato de urgente actualidad (por desgracia)

Un saludo...!

Si será de actualidad que el reportaje de Ferrato es de los años 80
 
Hola a todos, el reportaje y las fotos de Ferrato son impactantes y sin duda sirvieron para movilizar a mucha gente, pero lo que no entiendo es que presencies esa escena de violencia contra alguien y no intentes parar al agresor antes de hacer una foto. Debe ser que no soy fotógrafo profesional, que el fin no justifica los medios y que hay (muchas) cosas más importantes que la fotografía. Un saludo
 
jotaagp dijo:
Hola a todos, el reportaje y las fotos de Ferrato son impactantes y sin duda sirvieron para movilizar a mucha gente, pero lo que no entiendo es que presencies esa escena de violencia contra alguien y no intentes parar al agresor antes de hacer una foto. Debe ser que no soy fotógrafo profesional, que el fin no justifica los medios y que hay (muchas) cosas más importantes que la fotografía. Un saludo

Eso es una puesta en escena, cualquier otra cosa no se la cree nadie. Imaginas que vas al baño y te llevas un fotógrafo por si tu marido te pega, y a la cocina, alcoba etc. Y viene el marido, llega y ve a alguien ahí sentada en un silloncito en la esquina de la alcoba "Hola que tal! Quien eres? Ah si, una fotógrafa que está aquí por si llegas y maltratas a tu mujer, bueno pues mucho gusto voy a maltratar un rato usted lo fotografíe bien" juassssss
 
Con independencia de si el reportaje es o no una puesta en escena, sirve para reflexionar sobre un problema estético muy interesante: ¿puede haber belleza en lo triste o en lo siniestro? ¿Cuál es el criterio de apreciación estética con el que podemos juzgar estas fotografías? ¿O acaso su valor trasciende lo estético y debe llevarnos hacia una reflexión ética? ¿Se puede hacer arte a partir de la contemplación del dolor de los demás o de situaciones que son el resultado de conductas humanas reprobables (ciudades en escombros destruidas por la guerra, paisajes arruinados por la contaminación, etc.)? ¿Cuál es, en esos casos, la función que debe desempeñar el fotógrafo? ¿Debe limitarse a trasmitirnos el testimonio de esas situaciones o debe intervenir en ellas? ¿O, por el simple hecho de captarlas con su cámara, ya está interviniendo o interfiriendo en la realidad que denuncia?

Pues ahí queda eso: a reflexionar...
 
ramonFc dijo:
Una reflexión para la física cuántica  :eek:

Para la física cuántica, no. En todo caso es una reflexión estética (por tanto, filosófica) sobre la belleza, la función social del arte, la relación entre arte y ética, etc., en la misma línea que inició hace ya años, por ejemplo, una ensayista como Susan Sontag (Sobre la fotografía, Ante el dolor de los demás). Es un interrogante que también surge en la fotografía urbana o callejera, cuando el fotógrafo capta escenas de gran dramatismo en las que aparecen indigentes, sin techo, personas desarraigadas o marginadas. ¿Tiene derecho a apropiarse con su cámara del sufrimiento (y de la imagen y la intimidad) de esa gente, con las miras puestas unicamente en el logro estético de sus fotos, o debería involucrarse y actuar para remediar la situación que está denunciando? Algunos autores de fotografía callejera, social, etc., argumentan que precisamente este tipo de fotos contribuyen a hacer visibles a esas personas olvidadas, a suscitar la empatía y la solidaridad hacia ellas o a ayudar a que seamos más tolerantes con la diversidad cultural, y que esa es la función social que debe desempeñar el fotógrafo: despertar la conciencia crítica de los espectadores. Me acuerdo por ejemplo de una fotógrafa española a la que admiro muchísimo, Cristina García Rodero, con sus reportajes sobre las fiestas y tradiciones de la “España oculta”, capaz de sacar a la luz y de extraer belleza de esos ambientes sórdidos e inquietantes que ha inmortalizado.

De todos modos, pido disculpas si me apasiono demasiado con este tipo de pensamientos. Es deformación profesional: soy profesor de Filosofía, y la fotografía es un vehículo de reflexión filosófica inagotable, desde el tema que he sacado a colación en este hilo hasta géneros fotográficos tan ricos como el de la fotografía conceptual. Ahí está por ejemplo la genial obra de Chema Madoz. Y no puedo olvidar felicitar a Corto por su enlace ese blog, que desconocía y me parece interesantísimo.
 
No conocía el reportaje, y me ha parecido muy interesante, (gracias Corto, por el enlace), y como dice melquisedec, es un buen momento para reflexionar según se lee. La fotografía tiene, ha de tener, la capacidad de movimiento en la moral de cada persona, si una fotografía remueve sentimientos, sean los que sean estos, será una fotografía que ha alcanzado un estatus mayor.

Un saludo.
 
Yo me dedico a esto "La física cuántica lleva más de cien años envuelta en polémicas filosóficas, particularmente en lo que se refiere al papel del observador en la creación de realidad, un proceso conocido en física como colapso de la función de onda.

Este proceso se refiere a lo que ocurre en el mundo cuántico, donde reina un caos en el que fluyen ondas de energía que muestran un universo de posibilidades infinitas. Se parece al patio de un colegio en el momento del recreo: cientos de niños corretean chillando de un lado para otro hasta que suena el timbre. En ese momento, todos se alinean y entran en clase.

La onda que representa ese conjunto de niños agitados se colapsa cuando suena el timbre y el caos de energías dispersas se concreta en una fila de niños dispuestos a aprender. En el universo cuántico, el colapso de energías dispersas se produce cuando interviene un observador: al medir lo que pasa, las ondas se convierten en partículas y forman la realidad que perciben nuestros sentidos (ver al respecto El cántico de la cuántica, Sven Ortoli y J.P. Pharabod, Gedisa, Barcelona, 1987)"

 
ramonFc dijo:
Yo me dedico a esto "La física cuántica lleva más de cien años envuelta en polémicas filosóficas, particularmente en lo que se refiere al papel del observador en la creación de realidad, un proceso conocido en física como colapso de la función de onda.

Este proceso se refiere a lo que ocurre en el mundo cuántico, donde reina un caos en el que fluyen ondas de energía que muestran un universo de posibilidades infinitas. Se parece al patio de un colegio en el momento del recreo: cientos de niños corretean chillando de un lado para otro hasta que suena el timbre. En ese momento, todos se alinean y entran en clase.

La onda que representa ese conjunto de niños agitados se colapsa cuando suena el timbre y el caos de energías dispersas se concreta en una fila de niños dispuestos a aprender. En el universo cuántico, el colapso de energías dispersas se produce cuando interviene un observador: al medir lo que pasa, las ondas se convierten en partículas y forman la realidad que perciben nuestros sentidos (ver al respecto El cántico de la cuántica, Sven Ortoli y J.P. Pharabod, Gedisa, Barcelona, 1987)"

¡Ah, claro, no había entendido esa alusión a la física cuántica! Ciertamente, se puede establecer una analogía con el principio según el cual el observador altera la realidad al observarla.
 
melquisedec dijo:
ramonFc dijo:
Yo me dedico a esto "La física cuántica lleva más de cien años envuelta en polémicas filosóficas, particularmente en lo que se refiere al papel del observador en la creación de realidad, un proceso conocido en física como colapso de la función de onda.

Este proceso se refiere a lo que ocurre en el mundo cuántico, donde reina un caos en el que fluyen ondas de energía que muestran un universo de posibilidades infinitas. Se parece al patio de un colegio en el momento del recreo: cientos de niños corretean chillando de un lado para otro hasta que suena el timbre. En ese momento, todos se alinean y entran en clase.

La onda que representa ese conjunto de niños agitados se colapsa cuando suena el timbre y el caos de energías dispersas se concreta en una fila de niños dispuestos a aprender. En el universo cuántico, el colapso de energías dispersas se produce cuando interviene un observador: al medir lo que pasa, las ondas se convierten en partículas y forman la realidad que perciben nuestros sentidos (ver al respecto El cántico de la cuántica, Sven Ortoli y J.P. Pharabod, Gedisa, Barcelona, 1987)"

¡Ah, claro, no había entendido esa alusión a la física cuántica! Ciertamente, se puede establecer una analogía con el principio según el cual el observador altera la realidad al observarla.

Una familia originaria incluye a los abuelos, los padres, los hijos, los animales y el etnólogo (que lleva una Pentax 6x7)...
 
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